DE REALIDADES TAMBIÉN SE MUERE
Cansada de esperar...
Y, de repente la vida, te pone
una vez más, en la tesitura de tener que elegir.
Crees estar vacunada. No hay
vacunas; cada día es una nueva construcción, cada construcción una vida
nueva...ni la experiencia, ni lo aprendido, sirven para salvarnos en según qué
ocasiones de la quema...
Cansada, cansada del
cansancio...
Imaginas playas donde
perderte, donde no encontrar ni los recuerdos. Imaginas que puedes perderte en
el olvido...y, solo consigues hacerlo en el olvido de quienes un día creíste
aliados de tu vida, de tus anhelos y tus aventuras...
¡A por la vida! ...sola...
El día que entiendas que,
solamente, sola, en perfecta comunión contigo misma (como si no hubieras tenido
a lo largo y ancho de tu existencia, lecciones para entender esto), el día que
consigas ese entendimiento, alcanzarás la tranquilidad de espíritu que
necesitas para no seguir sintiéndote decepcionada; a pesar de todas las teorías
que voy incorporando, sigo esperando más de lo que nadie está dispuesto a dar
(en definitiva: espero lo que yo, no como agradecimiento, sino como
reconocimiento, doy).
¡Para compartir soledades
estamos! cada cual, perdido en un mundo de sinrazones, buscando la piedra
filosofal que nos redima de tanta zafiedad, en un mundo en el que cada quien
anda por completo perdido, perdida...
La pérdida de la confianza:
¡habrá mayor desencanto! es como de repente perder la inocencia, la candidez de
la niñez o la adolescencia.
Yo, adolescente incombustible,
que me cuesta despertar a esta zona adulta, donde hombres y mujeres luchan por
su parcela de poder, de ser, de estar...
Cosas que a mí no me han interesado
(ni creo que lo vayan a hacer nunca).
Una competencia feroz tratando
de quedar por encima de lo que sea pisoteando hasta lo más imprescindible: ¡la
dignidad! con una falta de ética que aterra.
Miedo a la vida: no. Un miedo
irracional a no poder confiar en nada, en nadie, nada más que en uno mismo, la
soledad más aterrante, cuándo tomas conciencia de que esto es un hecho
objetivo.
En mi ignorancia, esperando
milagros. Que somos quienes somos y esto es de un empirismo aplastante.
Entre tanto: en mi nube.
Imaginando mundos inexistentes para no morir de realidad.
Como dice la canción:
«Nunca
es triste la verdad, lo que no tiene es remedio».
«Escribir
es que le dejen a uno llorar y reír a solas».
—R.G. de la Serna—
Comentarios
Publicar un comentario
Soy toda "oídos". Compartir es vivir.