ROCK AND ROLL...Y MÁS

Cuando te asaltan las dudas siempre hay una canción que viene a clarificar ese estado al que no sabes poner forma.

Momentos que te transportan a un mundo irreal —en nada lo es para ti— pero, sigues empeñada en creer en los fantasmas.

¡Qué buena la música! creo que de todas las artes es la imprescindible; se puede disfrutar, gozar admirando un cuadro, un libro, una obra de teatro…pero sin música la vida carecería de sentido…te lleva directamente en vuelo…a otros mundos…otros estados, anhelados, lejanos…¡cercanos!

A través de ella alcanzas, tocas aquello inmaterial, pero, tan real que vive en ti. Hay letras que piensas «esto ya lo pensé yo, pero que bueno que alguien lo haya puesto en activo. «Días de gloria» del Boss…Bosé…Sabina...con letras para pensar que, en el momento de escribirlas, te hubieran conocido…

¡La Turner! ¡Me eleva hasta el infinito!...y, bailando con la vida que a veces se pone de back, todo cobra sentido —al menos por momentos— a través de la música… da igual, todo es compatible. Lo mismo una canción de AC/DC, Ramones, Beatles, Rolling, El Boss…todo cabe, nada está demás. Para esos momentos escuchar a Manolo Tena…que te lleva al mar y hasta puedes oír las olas y pisar la arena…

O que Sabina te hable de amores baratos de un rato y, de reputaciones que conviene dejar caer a los pies de la cama…

No es mi intención hacer una lista…es mucho y variado lo que escucho y lo que me motiva, principalmente el rock…pero todo cabe, todo tiene su espacio, su tiempo; lo mejor es disfrutarlo en cada momento y bailar, bailar sin parar de despeinarse con la vida.

La música capaz de amansar la fiera que llevamos tantas, tantas y tantas veces dentro…ahí escondida sin mostrar los dientes…

Por todos y todas los que se dejan la piel en cada concierto o canción, gracias a ese enloquecimiento divino que supone un concierto ¡gracias!

Faltan muchos...Robe, Fito...un sinfín...

¡Musicoterapia! ¡Or yea!

 

 

 

«El entrenamiento musical es un instrumento más potente que cualquier otro porque el ritmo y la harmonía encuentran su camino en los más profundo del alma».

—Platón—