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LLUEVE SOBRE MOJADO

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Tengo un proceso bioquímico en el hipotálamo debido a la segregación de dopamina. —¿Qué? —¡Qué estoy enamorado! Llegada de la primavera, y con ella, la exaltación del amor. Me pregunto por qué esto es así...por qué la primavera trae consigo esta hiperbólica razón... Durante el resto del año, ¿qué? ¿sentimientos dormidos? no lo creo. Con ser mi estación favorita en la cual todo renace, no tiene influencia alguna en las emociones... ¿o sí? ni estas quedan adormiladas en los meses anteriores  ni nada despierta en primavera sino es porqué ya estaba instalado ahí, en el interior... Cuando llueve sobre mojado. Cuando nada puede dañar más porque ya está todo tan roto que es imposible acumular más barro...cuando los sueños se van por la ventana, cuando sin ventilar, el aire, inunda y arrasa. Por esos momentos en que la vida se va entre los dedos y sueñas con otro mundo, otra vida, otras circunstancias… porque no aprendiste a manejar las que te tocaron. Cuando todo roza hasta la úl

NO SIEMPRE NOS DUELE LA CABEZA

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Parece que la culpa de todo la tiene la oxitocina. Conocida como la hormona del amor, a veces, puede que estés hasta la cima de oxitocina…y el dolor sea otro… Independientemente de que esta hormona afecte en mayor medida a las féminas que a ellos, yo, me he permitido hacer un estudio antropológico entre grupo amiguil … ¡No queráis saber lo que se aprende con esto! Porque he de decir que, a mí el tema me viene grande, muy grande. ¡Conmigo la industria farmacéutica se iría al garete! O tengo las hormonas muy bien establecidas, o un nivel de oxitocina, «aceptable», pero bueno, a lo que iba… Que dicen mis amigas que no, que no es la hormona, que lo que levanta ese insoportable dolor de cabeza es darte con la misma ante situaciones no previstas. A saber: la despreocupación total que muchos hombres manifiestan por las emociones de ellas. La no interacción en cosas que a nosotras nos resultan tan evidentes que creemos no hace falta ni comentar… Esta guerra silenciosa entre lo

DE IGUALDADES, DESIGUALDADES Y ENCUENTROS

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Comienzan a cansarme los días internacionales con su celebración correspondiente. Hoy, 8 de marzo, las redes sociales y todas las noticias agobian hasta la extenuación con una conmemoración que para mí debería tener otro tinte. Sin obviar la importancia de miles de mujeres que hicieron posibles muchos de los derechos de los que hoy disfrutamos; la crítica, en mi caso viene por otros derroteros. Hace unos días en la tertulia de radio a la que acudo se planteó el tema. Y, como no, con sus divergencias, —siempre las hay—, parece ser que entre feministas de pro —o de manual, no sé muy bien—, mis opiniones creo que no fueron bien recibidas. Como mujer, la vindicación debería ser la aceptación de valores sin merma por razón de género. Hasta aquí, todo bien. El problema surge cuando me cuesta entender el tema género en el léxico…para mí, usar el genérico no disminuye en nada el valor de una mujer, esto no debería plantear problema, según mi criterio. ¿Qué somos distintos? ¡Claro! ¿Pe

AL ESTE, DÓNDE NACE EL SOL

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Cada vez que emprendemos un viaje lo hacemos con la ilusión de ejercitar nuevos descubrimientos que nos acechan a cada paso dado. Entornos en los cuales la novedad invita a explorar nuestras emociones. Abrir los ojos, encontrar de frente el mar es una de las cosas que me recarga por completo. Aprovechar cada minuto al sol, playa, montaña, de todo ha habido en esta ocasión y, todo precioso. Aventura sobrevenida, de esas imprevistas y que tanta risa producen al final. Desplazamiento a CABANES, —no sabíamos el camino que nos esperaba—, subida de puerto por carretera sinuosa, mal asfaltada, que sorteamos a base de paciencia, sentido del humor y risa. Perdidas, sin encontrar lo que buscábamos; ¡al final meta conseguida!  gracias a una niña que paseaba a su perro. La vuelta: ¡inenarrable! si el camino de ida era tremendo, la vuelta fue como el pasaje del terror...a mí —supongo que para amortiguar aquel brote de surrealismo, me dio por reír—… ¡final feliz! Mañanas de paseo. La t

ALGÚN DÍA, ALGUNA TARDE, ALGUNA VEZ...

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Y la vida sigue... A vueltas con las emociones ¡De qué forma manejan nuestras vidas! Gente buena que te anima a seguir, a que sigas ofreciendo motivos para continuar viva para no desistir de la paranoia. Todos necesitamos de todos, y, esto es lo que nos ayuda en ciertas elecciones a seguir adelante; a que cada mañana sea un comienzo...distinto, merecedor de atención. ¡Vaya tarde para hablar de emociones!: la ira, el perdón; ¡no pasa nada! mejor lo dejamos... ¡dios!... cuanto sentimiento dormido, sufrimientos en vano... ¡se sufre tanto por lo que no pasará! ... ¿Por qué infligir castigos que terminan en perdón?  lo que empezó siendo un equívoco —o no—  al final no se sabe con exactitud lo que ha sido...empeñados siempre en fantasmas que no nos siguen, empeñados en aparentar aquello que quisiéramos y no podemos ser. Dejemos de mirarnos tanto, de ir en dirección lineal, mirar un poco a los costados.  Hay más opciones que nuestro propio ombligo ... «si me mientes me pierdes» .

MOVIDA MADRILEÑA.MOMENTOS

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Movida madrileña de los 80. Por esos momentos que la vida regala, incursión en tiempos pasados que nos parecen fueron felices porqué, superados los miedos del momento, la memoria se resiste a creer que no lo fueron —como el tiempo impone su ley—. Es posible que cualquier tiempo pasado no fuera mejor, pero ha dejado ese poso de nostalgia por lo irrecuperable: el tiempo perdido, el tiempo que quedó irresponsablemente desperdiciado, y la certeza de lo finito, certeza imposible a los 18 años donde todo, la vida, el tiempo...todo, hace creer en lo infinito, en que todo será para siempre, inmortalidad perenne. Si toda esta sabiduría se manifestara consciente a los 20 años la vida carecería de la emoción necesaria para transitar por ella. Destinados a cometer errores, caer para llegar a una adultez cargada de enriquecimiento y de un bienestar que sería imposible sin haber vivido de culo en múltiples ocasiones. Movida madrileña...locales...grupos, estética...amigos de la época… y, lle

CRUCE DE CAMINOS

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Hay momentos en los que los caminos vienen a confundirse, a cruzarse, sin conocer el porqué del motivo. No logras discernir los porqués y mucho menos los para qué…pero, es como si el universo en su sabiduría supiera lo que tú no sabes, lo que conviene al momento. Asombrada en la confusión dudas sobre cual conviene elegir...buscas un hueco por el que adivinar el correcto...solo el tiempo te guía por el conveniente —o no—, nunca sabes. Esas creaciones caprichosas te elevan y hunden al mismo tiempo...y, en un espiral buscas salida... Esos momentos de confusión en los que creas un absoluto caos del que no crees poder salir...y confías...confías en que todo saldrá bien...—no lo crees, pero confías—... ¿Qué es la confianza sino la esperanza alocada de creer que todo se soluciona...que el tiempo —el universal— todo lo asienta?... Sigues, sigues en un sueño sin fin por ese camino invisible que trazas en el cual logras perderte...infierno...purgatorio...paraíso...solo el amor puede sa

LOS CRISTALES TAMBIÉN QUIEREN BAILAR

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«LOS CRISTALES TAMBIÉN QUIEREN BAILAR» Cristales que en mil pedazos bailan al son del viento que los eleva, tornando hacía una nube que los soltará contra el suelo. Noches de insomnio dónde el tiempo transcurre y ordena pensamientos en los que encontrar respuestas sin el menor atisbo de preguntas. Vagando por un sueño despierto que quisiera hacer mío; dormir…soñar…dormir soñando. Tras los cristales la noche, el frío y un silencio atronador que invita al más incólume recogimiento como si la paz interior convocara un sueño imposible. Revestida de un empoderamiento que nos lleva a creer en la realización de cualquier imposible. Comenzar de cero, desaprender, poner en práctica la acción del desapego. Los cristales bailaban al son de una música redentora… Quieren bailar y se estrellan, se dividen una y otra vez en pedazos, buscando una admonición a través de un mal incorregible. ¡El baile de las ventanas que dan al mar! Esa magia danzarina que refleja todo el azul del un

¿PARA QUÉ SIRVE UN MARIDO?

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Puede parecer una cuestión baladí...pero, no lo es en absoluto. Comencemos por el principio del «estado de la cosa». Un marido puede ser útil en determinadas ocasiones —por más que algunas descreídas no lo vean así—. A saber: se encarga de cierta intendencia como pueden ser esas cosillas sin importancia llamadas: ¡facturas! Con suerte, hasta un día hace la compra o cocina...por no hablar de otras cuestiones menos terrenales y más rayanas a la metafísica. —Poco importante si nos atenemos a que hoy una mujer no necesita para nada, ninguna de estas cosas—. Pues bien, —aunque el tema me viene grande— y, mis conocimientos son más bien adquiridos en base a la experiencia de amigas y conocidos, diré que, una vez tuve uno —marido—...y, no le veo yo la gracia a este «estado de gracia» por ninguna parte. Lo que ofrecen de comodidad, por un lado, lo restan con creces por todos los demás. Veo amigas acomodadas en un estado de muerte en vida poco envidiable, la verdad; amigas que trat

TACONES. LA NOCHE

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La noche era su día, su vagar continuo… junto a la luna que iluminaba y creaba un engañoso pensamiento. Vivía en ella, y, era ella quien acompañaba su existir; la que inundaba de sueños de promesas cumplidas que ella se regalaba en un viaje por el universo estelar. No quería, no sabía vivir en una realidad agónica entre la más atorrante fealdad…solo gustaba de lo bello, agradable, dulce… Su aventurero espíritu siempre en cuarto creciente, hacía de ella una salvaje aventurera de tacón alto. «Regálame el sueño, regálame la noche…donde el brillo de las estrellas apaga todo ese mundo deslucido por el sol». Siguió buscando, y en su peregrinaje, en medio de ventiscas, aterrizó en la magia perseguida de una idea que aguijoneaba constantemente su cabeza : «TACONES DE HIELO» … No lo reconoció al instante, era como si una bruma hubiera borrado el hechizo que siempre había provocado en ella este lugar. Ahí estaba, otra vez, una vez más…siempre el regreso… Esos espejos delator

EL AÑO QUE NO QUISE PERDERME

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El año en el que aprendí a vivir. Así podría muy bien denominar a este 2015 que se marcha con toda la pena de mi corazón. Año intenso, cargado de emociones de aprendizajes y crecimiento personal. Han sido muchas las inmersiones aventureras. He conocido gente extraordinaria, personas que han aportado a mí vida conocimiento, alegría y unas ganas enormes de aventurarme en nuevos proyectos. Lugares mágicos como Istanbul . Conciertos que me dan la vida; ciudades preciosas…y, ese compartir con la gente que quieres, para mí lo más importante de todo. Un año sin parar, vivido con toda la intensidad y energía de la que soy capaz. Este año termina, pero deja un poso dulce, muy dulce…un montón de sensaciones gratas que espero, deseo, se extiendan al nuevo que comienza. No están todos, pero sí son todos los que están —faltan amigos, amigas...pero sin autorización no los incluyo por más que me gustaría—. Satisfecha de cada muestra recibida, de amor, de amistad, de compartir la vida co

TACONES EN LA OSCURIDAD

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TACONES EN LA OSCURIDAD Caminaba por entre la noche como si no jamás pudiera volver a resucitar un amanecer, como si todo lo que encontraba o se hallaba a su alrededor no fueran otra cosa que figuras cobrando vida, porque ella se la regalaba a través de su mirada. De pronto sintió que algo no definido aliviaba sus pasos, era como si en cada uno de ellos la tierra alfombrara el camino tratando de suavizar ese vagar sin fin. En su ruta se cruzaron rostros de sonrisa perfecta, tratando de ocultar todos los secretos de que son capaces esos gestos, involuntarios a veces. A ella, no, ella percibía ¡y de qué forma! más allá de cualquier máscara...Don otorgado que hubiera preferido no poseer, ¡terrible descubrimiento! Su mirada no se posaba en el exterior, era capaz de llegar a lo más profundo y atroz de cuanto la rodeaba. Miradas turbias, miradas —a veces— imposibles de mantener, pero que, a su vez, no evitaba como en lucha por salvar al mundo. Corría por un camino sin fin, quizá bus