LO SIENTO
Siento que perdí el tiempo en
la contemplación de una nube engañosa que guardó para sí su contenido sin
derramar ni una lágrima.
Siento que perdí mi tiempo en
el confort que proporciona actuar por omisión, y, así, sin mover pestaña,
asentarme en el sillón perfecto de un victimismo acomodaticio a mi cobardía.
Siento no haber visto detrás de tus ojos la llamada.
Siento haber perdido en los míos la capacidad de ver el
llanto derramado en baldío.
Siento que me perdí en el verso vacío de estrofas donde apenas una letra o un borrón habrían conseguido, quizá, el milagro de la escritura invisible, grabada, pero poseedora de la gran verdad que no clama, la que desde su escondite ignora y agradece siempre el no tener que conmoverse por un «lo siento».
Siento que me perdí en siglos de perdones y agradecimientos prestados, tan contrarios
como este sentir fingido.
Cuantas veces me perdí por no
saber decir: ¡Lo siento!
Siento haber perdido la capacidad de... Parece que cuanto más maduramos más perdemos esa capacidad de sentires.
ResponderEliminarMuy buena entrada.
Saludos!
Confiemos en no perderla del todo. Muchas gracias por tus comentarios María Pilar. Abrazo!
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