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LA INEFICACIA DE LOS CONSEJOS #MICROCUENTO

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  —¿Qué va a tomar el señor? —Camarero. —Lo mismo que aquella señorita que se sienta al lado del ventilador. —Cliente incauto. —Señor, le advierto qué…—Camarero. —De advertencias estoy lleno. Limítese a ejecutar el pedido. —Cliente. —Bueno, yo, lo he intentado, usted verá…—Camarero. La camioneta de la morgue, negra como el horizonte del finado, recogió al insensato que, había quedado doblado cual servilleta sobre la silla. No desestimes el consejo de un camarero. Su intencionalidad, a veces, es sana.                                                                                             

Ciudad #Microcuento

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  Al penetrar en la ciudad, Los muros se cerraban herméticamente. No había escapatoria.

LAS TRES MARÍAS

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  Estas señoritas de camisita blanca y canesú conocieron en su día a tres lechuguinos que compartían con ellas «el haber sido para dejar de ser». A MariLó la pretendía un mozo cuya altura terminaba en la inmensidad peluda de sus cejas. El pretendido pretendiente de MariLoli era rechoncho lo que hacía que sus andares se asemejaran a la zozobra de un barco. MariClemen tuvo un novio que le duró lo que duran los engaños hasta ser descubiertos. Cuando una tarde de domingo a la vuelta de una esquina se topó con el señorito postinero que portaba por la cintura a otra que desde luego no era ella…propinó un zapatazo contra el suelo y emulando a una santa abulense gritó para sus adentros: —¡Ni el polvo quiero! (En referencia al polvo que emanaba de la tierra que el bobo pisaba, no vayan a confundirse con algún asunto más prosaico). Y así fue como en conjunto y a raíz de tanta desdicha, tomaron la decisión de largarse a vacacionar a algún lugar del globo donde nadie las reconocería y donde n...

CLAROSCURO #MICRORRELATO

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  El portón abierto enseñaba dos pasillos, aunque parecidos, muy distintos. Uno conducía al paraíso prometido a incautos que creían en magias. El otro, con menos luz, alumbraba un porvenir desconocido, lo que aumentaba su atractivo, sumado al imperioso deseo de ser transitado.

KoKoNDioS. #Microrrelato.

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  En el surrealista cine de KokonDios,  una  escena presenta al niño que,  tal vez está  preguntando con su mirada acerca de su hipotético futuro. Libre de cuernos, de lana, de no saber a quién venerar... ¿Quién soy?  ¿A qué he venido? Cicatrices imantadas.   * Microrrelato creado a partir de una imagen de  Jono Dry.

A LA VUELTA DE LA ESQUINA. #MICRORRELATO

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Cada noche de farra traía el recuerdo de una noche perdida que, pareciera tomar vida con cada botella vaciada… No era un cadáver ajeno el que allí yacía: era su cadáver… A la vuelta de la esquina, otra vida, otro renacer, otra incógnita espera al acecho...

FUGA DE EES

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  Ecosistema excitante, Esquilmador extraviado,  Esmerilado exilio, Escuálido éxtasis. Embellecido empeño, Esculpido extraordinario. Extraño extravío, Existencia embarrada, Elección estrambótica de color esmeralda.

NUBES

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Las nubes son el abanico del sol.  Esquilmadoras excitantes de extraviado estilo. Exilio esmerilado que embarra cada atardecer con la emoción de encarar el espasmódico comienzo que borra la luna exorcizando la noche.  El abanico de nubes enmarca el añil emborronándolo de blancos, grises o negros como el engaño. Los endiosados paraguas enredados en su esotérico ensimismamiento, invocan estáticos la emoliente bebida que, tímida, se niega a inundarlos.  Las nubes escriben su novela, más parecida al cuento que cada noche el abuelo inventa para el niño que fue, que es, que seguirá siendo. El cuento tiene una ventaja inalienable sobre la novela, es tan corto que solo permanece en él, el recuerdo de lo que no fue. Calixto no tenía un pelo de tonto, salió al portón de su casa, miró unos segundos al cielo como implorando una goma borradora de nubes, mientras, decía para sí o para no: «Yo no fui, luego, este cuento se acabó». La monumental tormenta que venía recorriendo e...

¡MAMÁ!… ¡SE ME HA QUEDADO AGARROTÁ LA L5!

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Vigilio pasaba la mitad del día pegado a la mirilla de la puerta de calle. Su madre que no entendía esta nueva manía le gritaba desde la cocina: —«¡Vigi! ¡Ven a ayudarme a pelar patatas! Pero, es que Vigilio tenía una razón de peso, de mucho peso, más que de peso, de una urgencia perentoria como era la del fornicamiento, y, si se pasaba media vida de vigía, era, por detectar cuando Adelaida la del tercero derecha subía la escalera para atajar la subida a fin de cambiar el ascenso de la interfecta por escalación de índole más prosaica. Llegado el momento de la conquista —nada difícil por la clara predisposición que mostraba la del tercero—, allí mismísimo, sin que mediara preámbulo alguno se entregaban en cuerpo, que no en alma, al digno arte del apareamiento… —¡Ayyyyyyyyyyy! —¡Qué coños te pasa! ¿Tenía que ser en este preciso momento, cuando mi marido está a puntito de entrar por la puerta? —¡La L5!, ¡La L5!, ¡Socorrooooo! ¡Llama al samur, a los bomberos, a la benemérita, a sal...

AUTOPISTA. #MICRORRELATO.

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          La autopista reina conserva su título gracias a la servidumbre de sus afluentes: carreteras secundarias. El día que la maleza ocultó los polvorientos caminos, la vía de peaje obligatoria que, hasta entonces ostentaba el cetro de principal, perdió su báculo. Hoy algunas hormigas cabalgan a lomos de saltamontes, entre guijarros refulgentes al sol que se apagan con la luz de la luna. La largura o cortedad de la carretera es directamente proporcional al tamaño que le otorga su soberbia.                                

VEINTIDÓS

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Nació un día 22 del mes 2, tras veintidós horas de un parto en el que casi la madre estuvo a punto de despedirse de este mundo, de un año cuya suma daba como resultado 22 (1957). A los 22 meses, todo su discurso era entendido, al menos, en un veintidós por ciento. Fue un 22 del mes 2 la fecha elegida para ingresar en el convento de las madres irredentas, cuya morada se ubicaba en el número 22 de la calle Desventura, en el distrito 2 de aquella ciudad. Algo la mantenía atada a aquel número que arrastraba cual ameba pegada a su ventrículo cerebral, persecutor y presenciador del rastro que iba dejando su día a día… Un 22 de mes, de un año que no sumaba veintidós, la llamada con tres golpes decididos sobre la aldaba del portón de la calle Desventura la sacó del rezo vigesimosegundo anotado en un rosario de madera al que dejó reposando en el reclinatorio mientras corría hacia la reja de la entrada. Una vez frente a la abertura de la puerta no reconoció al visitante o visitanta, difíci...

JUEGOS DE MAGOS

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#Microrrelato   Mientras la humanidad va perdida, un niño, desmenuza a modo de científico, su juguete, indagando en su interior,  buscándole una  utilidad . Él, no se aburre. Siempre encontrará en su acción una reacción que ayude a cambiar el mundo.